Elementos de la vocación de los modos de transporte de carga

 



A nivel mundial los modos de transporte constituyen las distintas alternativas para el movimiento de personas y bienes a través de la infraestructura de conectividad y de las rutas marítimas y aéreas disponibles alrededor del planeta. El transporte se realiza mediante los distintos vehículos disponibles diseñados por el hombre a través de los tiempos, para poder realizar el traslado físico de pasajeros y mercancías. Los medios actuales disponibles son producto del avance tecnológico de la humanidad a través de los siglos.

En el caso del transporte de carga, éste constituye un elemento fundamental de la logística para permitir materializar los movimientos de productos y mercancías desde los lugares donde se producen o ensamblan, hasta los mercados finales de consumo en todo el orbe. Para poder utilizar los medios de transporte es necesario conocer su vocación, a fin de realizar una selección adecuada, con base en los Planos del Tráfico de los embarques. (los cuales hemos analizado en otro artículo en esta misma sección de la revista).

En efecto, los modos de transporte presentan una serie de atributos que definen su vocación a distintos requerimientos de la demanda. De esta forma, se pueden considerar aspectos como su capacidad de carga, la velocidad de operación y la accesibilidad a los espacios geográficos, entre otros. Si el análisis se realiza por cada modo, encontraremos diferentes atributos o vocaciones, que enseguida examinaremos:

Capacidad. Representa el volumen de carga que puede ser transportado por un vehículo que utilice los medios marítimo, aéreo o terrestre, o un conjunto de vehículos enganchados entre sí, que conformen un conjunto jalado por una unidad provista de fuerza motriz. Esta capacidad puede ser dimensionada en toneladas, metros cúbicos, piezas indivisibles, vehículos armados o contenedores. En logística se identifica al modo marítimo como el que cuenta con unidades de transporte de la más alta capacidad en relación a otros modos, llegando a transportar, por ejemplo, alrededor de 8 mil 500 vehículos armados o 22 mil contenedores en un solo buque. Le sigue el ferroviario cuya expresión operativa conocida como trenes, es capaz de agrupar más de un centenar de vehículos de arrastre enganchados entre sí, con capacidad de transportar casi 10 mil toneladas de carga.

El tercer modo clasificado por su capacidad es el aéreo con aeronaves que pueden transportar hasta 250 toneladas útiles y el carretero cuya capacidad máxima llega a 50 toneladas en vehículos mineros y hasta 44 en unidades con combinaciones doblemente articuladas conocidas como “fulles”.

Velocidad. Se refiere a la distancia que es capaz de recorrer un vehículo de carga por unidad horaria, generalmente expresado como kilómetros por hora. En ese sentido, se puede clasificar al transporte aéreo como el más veloz, al alcanzar casi 900 km/h en la denominada velocidad crucero. Le sigue el carretero cuyos vehículos de carga pueden desarrollar velocidades máximas de alrededor de 140 km/h, con valores promedio de 80. En el tercer puesto se ubica el transporte ferroviario, que, si bien en trenes eléctricos de alta velocidad para el transporte de pasajeros llega a alcanzar 574 Km/h, en el caso de transporte de carga, esta velocidad puede situarse en una máxima de alrededor de 120 km/h, con promedios de 50 a 60 km/h, dependiendo de las condiciones de la vía y la fuerza motriz de que se disponga. En este atributo, el transporte marítimo representa al último de la lista al operar con velocidades máximas de 23 nudos, lo que equivale a casi 43 km/h.

Accesibilidad. Esta característica de los modos de transporte se refiere a la infraestructura de conectividad disponible para las operaciones comerciales de los vehículos y se define, en el caso de los modos aéreo y marítimo, como los puntos en un territorio donde pueden efectuar operaciones de carga y descarga de mercancías, como son los aeropuertos y los puertos marítimos. En este caso, estos puntos tienen distintas características como son el largo de las pistas de aterrizaje o bien, el tamaño en metros de los muelles de las distintas terminales que constituyen un recinto portuario conectado al mar. Estas dimensiones, junto con el calado de un puerto marítimo, determinan el tamaño máximo de las naves que pueden atracar en sus instalaciones.

En el caso del transporte ferroviario, esta capacidad de accesibilidad a los espacios geográficos está limitada por la existencia de vías férreas conectadas en una red y en el número de estaciones o terminales especializadas, donde es posible efectuar operaciones de carga o descarga. También existe la restricción de la capacidad máxima de carga de las vías, medida en toneladas brutas por unidad de arrastre de 4 ejes. Por lo que respecta al transporte carretero, este por lo general es el modo de transporte de mayor accesibilidad, ya que puede utilizar en sus desplazamientos tanto autopistas y carreteras, como avenidas, calles y hasta brechas dentro de un territorio.

Disponibilidad. Este atributo representa el tiempo que transcurre para poder disponer de una unidad de carga, desde el momento en que se expresa la demanda, hasta que ésta es cubierta por una unidad vacía disponible para ser utilizada. Comúnmente en circuitos ya definidos esta relación se expresa en una unidad de medida conocida como el “ciclo de cargadura”, que significa los días que transcurren entre la salida de una unidad cargada y su retorno al mismo punto de origen, vacía, para volver a ser cargada.

Para el caso de operaciones marítimas conocidas como barcos de línea, la disponibilidad se expresa en el tiempo que tarda una embarcación en cubrir una ruta definida de escalas y retornar al punto de origen, lista para recibir una nueva carga. Para el caso del transporte ferroviario, esta disponibilidad de equipo, debe programarse con la suficiente antelación o bien estructurar un programa anual que defina el número y características de equipo de arrastre vacío que debe situarse en un punto definido para ser cargado, con frecuencias de tiempo establecidas como pueden ser diarias, semanales, mensuales o en estacionalidades definidas, como son las temporadas de las cosechas agrícolas.

En el transporte aéreo dada su velocidad de operación y las distancias medias de recorrido, esta disponibilidad, para aviones mixtos, puede expresarse en horas para ciertos pares de origen-destino, expresadas en frecuencias de vuelos entre ambos puntos. Para aviones cargueros esta disponibilidad dependerá del diseño de las rutas y las escalas programadas. Por lo que se refiere al transporte carretero, se estima que es el modo de mayor disponibilidad, ya que, respecto de los otros modos, es el que muestra un mayor dinamismo en la oferta de unidades vacías, especialmente para los vehículos conocidos como cajas secas.

Flexibilidad. Se refiere a la capacidad de un modo de transporte para modificar su destino original, adaptándose a los cambios en el mercado o bien, para afrontar las consecuencias de un fenómeno natural que modifique su itinerario. En este caso, el modo de transporte más flexible es el carretero, ya que basta una llamada telefónica al celular del conductor, para darle nuevas indicaciones a fin de modificar su destino. En este atributo los modos menos flexibles son el ferroviario y el marítimo, ya que requieren de una serie de operaciones para modificar el destino de una carga y están sujetos a la disponibilidad de puntos de articulación donde un embarque pueda ser descargado y posicionado en una unidad de transporte distinta o una ruta diferente para realizar cambios a los destinos originales. En el caso del aéreo, esta distinción estará marcada por las frecuencias o conexiones de vuelos que permitan acceder al aeropuerto donde se reubique un embarque en particular, para ser trasladado a un destino diferente al originalmente documentado.

Seguridad. En el transporte existen dos tipos de seguridad, la referida a la conservación de la integridad de las mercancías durante su manipulación o maniobras y su almacenamiento, atributo conocido como “Safety” en inglés y la referida al nivel de exposición al riesgo durante las travesías, traslados y operaciones para movilizar la mercancía de un punto de origen a otro de destino, conocida por su expresión en inglés como “Security”. Este último atributo se mide como el índice de siniestralidad de un modo de transporte, el cual expresa la relación existente entre el número de operaciones realizadas, contra el número de siniestros o incidentes ocurridos, en un periodo de tiempo determinado, generalmente de un año. En ese sentido, el modo de transporte que arroja el menor índice de siniestralidad es el aéreo, siendo el carretero la contraparte que registra el mayor número. 

Costo. Para medir este atributo y poder hacerlo comparable entre los distintos modos de transporte que hemos referido, se utiliza el valor que arroja la relación tonelada/kilómetro, referida al precio de un flete para un movimiento dado de origen a destino, siendo el marítimo el que obtiene el menor costo, mientras que es el aéreo el que arroja el mayor precio.  

De esta forma, cuando se está planeando el movimiento de una mercancía una vez conocidos sus planos de tráfico, estos se contrastan contra la vocación de cada modo de transporte para definir entonces, de acuerdo a las necesidades, costo y tiempo disponible, cuál es la selección que cubre de mejor manera las expectativas del usuario. Adicionalmente se tiene la opción, para el caso de mercancías contenerizadas, de utilizar el transporte intermodal, el cual combina los modos marítimo, ferroviario y carretero para materializar un recorrido aprovechando las mejores vocaciones de cada uno, con un impacto favorable en el precio final del flete y un tiempo de recorrido aceptable.

Escrito por Sergio García

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Carlos Luis Michel Fumero

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